Siempre habrá personajes de series o películas con los que sentirse identificada, ya sea por características físicas o por las que no se ven pero salen a la luz interpretadas por el actor que da vida al personaje. Los trastornos de espectro autista, no suelen ser un tema demasiado recurrente en el cine y la televisión .

Yo, creo que en la televisión, sólo hay dos series y un spin-off que tratan sobre los Trastornos de Espectro Autista: En primer lugar,The big bang theory, en la que encotramos a Sheldon Lee Cooper, un científico que comparte piso con Leonard Hofstadter un físico experimental. De Sheldon destacar que es Asperger, -un poco exagerado por los guionistas, desde mi punto de vista- que le cuesta relacionarse con la gente, tanto así que no hace una amiga más aparte de Penny hasta el final de la tercera temporada, -la chica se llama Amy Farrah Fowler- y a lo largo de las temporadas se convierte en novia, hasta que en la 11ª le pide matrimonio.

El spin-off o precuela de la que hablo es "El joven Sheldon", una serie que está basada en la niñez y adolescencia de Sheldon Cooper.

La segunda serie, es "The good doctor", donde Freddie Highmore interpreta a Shaun Murphy un brillante cirujano autista con el síndrome del sabio o "savant"(en francés). Al principio, el único que le quiere en el hospital es el presidente, pues uno de los cirujanos se niega a tenerle en el equipo debido a que es "incapaz" de comunicarse con el resto de compañeros. En realidad, no es que sea incapaz, sino que hace comentarios delante de los pacientes, que debería hacer en público y eso se lo hace saber el jefe de equipo de cirujanos, el Dr. Meléndez, muchas veces.

En relación a estas dos series, me identifico con Sheldon y Shaun por estos motivos.

En primer lugar, siempre me he identificado con Sheldon Cooper, uno de los protagonistas de la serie The big Bang theory. Quizá sea porque siempre está hablando de lo que a él le importa, por las meteduras de pata que hace en su relación con Amy, o por muchas otras características que hacen que yo me vea reflejada en un personaje del sexo opuesto con Síndrome de Asperger muy exagerado por los guionistas de la serie.

Luego, encontramos a Shaun, el protagonista de The good doctor, serie estrenada hace poco una cadena televisiva española. Supongo que lo que se pretendía al incluir a un personaje autista en una serie como ésta, es la de dar a conocer las complicaciones que tenemos las personas como yo con un Trastorno del Espectro Autista: físicamente, somos como el resto, pero a la hora de relacionarnos no distinguimos bien entre lo que se debe o no decir a la gente, y acabamos fastidiando una relación amorosa por no haber aprendido habilidades sociales, algunos de nuestros familiares dicen que no estamos bien, -por actuar diferente a ellos- , tus compañeros te dicen que intentes socializar con ellos cuando te encierras en tu mundo, -yo en los recreos me pongo a escuchar música y no sé de qué hablar con mis compañeros-.
Y así en infinidad de situaciones que nos pasan a diario, no somos raritos o raritas, simplemente, nos cuesta sacar un tema de conversación más allá de lo que a nosotros nos gusta hablar (yo solía hablar del bullying, y cuando me dicen que no saque ese tema, procuro engancharme a la conversación si veo que es de algo que me gusta, sino, permanezco callada.)

A Sheldon le pasó con Amy en un capítulo de la temporada 11, que contó cosas que no debía de su relación con Amy a los de la Universidad en la que trabaja y a mí con mi ex. La diferencia entre Sheldon, Amy, mi ex y yo es que los dos primeros consiguieron arreglar el problema y continúan juntos, mientras que ahora mi ex y yo no nos hablamos, - y no es por falta de ganas por mi parte, que soy la primera interesada en explicarle algunos de mis comportamientos-, él ha decidido no darme la oportunidad de explicarme y me duele, porque no me gusta estar así con las personas que quiero.

Ayer en The good doctor, pasó algo similar. Shaun sabía qué era lo que tenía una paciente y lo dijo sin ningún tapujo, cosa que no le hizo gracia a uno de sus compañeros presentes en la habitación y le llamó la atención durante la intervención.
Recuerdo la última vez que fui a casa de mi ex y le comenté a su madre mi diversidad funcional, -sin mencionar que soy Asperger-, me dijo “la niña” y no lo soy. Soy una adulta, a la que cuesta tres veces más que al resto adaptarme a los cambios, dejar de lado mis rutinas, soy alguien a quién si le tienes paciencia y te esperas a que se acople a tu ritmo de vida, dará lo mejor de sí misma para estar bien con los demás. Está bien que tu hijo intentara corregirme algunos fallos, pero no que él no quiera escucharme.
Sé que físicamente, me veis como una igual, pero soy más complicada de entender de lo que pueda parecer. Sólo necesito más tiempo que el resto para abrirme a cualquier persona, porque aparte de la diversidad funcional, entra en juego la desconfianza creada por los que me hacían bullying en el colegio sin saber porqué me trataban así.
Al principio os contaré cosas superficiales y algunas que son más duras de digerir sobre mi vida, pero cuando te has ganado mi confianza ya te contaré los porqué de mi comportamiento.