Las dos guerras mundiales marcaron el rumbo de la historia de una manera que aún se siente en nuestro día a día. Pero, ¿te has preguntado alguna vez cómo sería el mundo si nunca hubieran ocurrido?
Para empezar, la geografía política del planeta sería irreconocible .
En el ámbito social, el impacto habría sido igual de profundo. La Primera Guerra Mundial impulsó el papel de la mujer en el mercado laboral y sentó las bases del sufragio femenino en gran parte del mundo. Sin el conflicto, este avance podría haber tardado mucho más en consolidarse. Además, la Gran Depresión y el auge de políticas migratorias restrictivas en Estados Unidos fueron consecuencias directas de la inestabilidad de la época. De no haber existido estas guerras, la globalización probablemente habría seguido avanzando sin interrupciones.
El progreso tecnológico también habría sido radicalmente diferente. La Primera Guerra Mundial aceleró el desarrollo de la aviación, dando paso a la comunicación por radio en aviones y a los primeros drones. La Segunda Guerra Mundial, por su parte, fue el catalizador del nacimiento de la computación moderna con el ENIAC, la evolución del caucho sintético y hasta la creación de los aerosoles. Sin estos conflictos, es difícil saber cuánto más se habrían demorado estos avances, o si se habrían desarrollado de la misma manera.
Y luego está la medicina. La necesidad de tratar heridas de guerra impulsó la cirugía plástica moderna, la creación de los bancos de sangre y el desarrollo de la quimioterapia. La producción masiva de penicilina, que salvó millones de vidas, solo fue posible debido a la presión de la Segunda Guerra Mundial. ¿Se habrían alcanzado estos hitos sin la urgencia de un conflicto global?
Pero no todo lo que las guerras dejaron atrás fue negativo. El mundo que conocemos hoy—con sus fronteras, avances tecnológicos y estructuras sociales—fue moldeado por estos conflictos. Incluso el surgimiento de las superpotencias modernas y la Guerra Fría derivaron directamente de ellos.