Susurros del Último Mundo?✨

El aire era espeso, cargado con partículas de polvo y cenizas. A lo lejos, las nubes rojas se arremolinaban sobre la superficie del último planeta habitable .

Ella avanzaba con pasos firmes, sintiendo cómo sus botas se hundían levemente en la tierra seca y quebrada. Aún recordaba la Tierra, o al menos las historias que su madre le contaba sobre ríos cristalinos, bosques interminables y un cielo azul que aquí solo era un recuerdo borroso.

Se llamaba Elara. Desde niña, supo que su destino no sería sencillo. Nació en una estación orbital cuando la humanidad ya había agotado casi todos los recursos del universo conocido. Los científicos decían que este planeta era su última oportunidad, pero las expediciones anteriores no habían regresado. A pesar de ello, Elara se ofreció como voluntaria. Sabía que alguien tenía que descubrir la verdad.

Caminó durante horas, siguiendo las coordenadas en su dispositivo. Cada paso la acercaba a lo desconocido. De repente, su visor detectó una estructura metálica a lo lejos. Corrió. Su corazón latía con fuerza mientras sus manos temblorosas limpiaban la arena que cubría el panel de acceso. Era la base de la primera expedición. La compuerta estaba forzada desde dentro.

Elara encendió su linterna y entró. Las luces parpadeaban, y el silencio era opresivo. Encontró restos de suministros, herramientas oxidadas y una serie de grabaciones antiguas. Reprodujo la más reciente. La voz de un hombre resonó en el casco de su traje.

—Si alguien escucha esto… no estamos solos. No vinimos los primeros. Ellos estaban aquí antes. Y nos han estado observando…

Un ruido la hizo girar en seco. En la penumbra, una sombra se movió. Elara desenfundó su arma, su respiración se volvió irregular. Algo—o alguien—se encontraba con ella en la base. Y de repente, lo entendió: este planeta nunca había estado deshabitado.

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