Bajo las Luces de la Ciudad Eterna?✨

Las luces de neón iluminaban las aceras mojadas mientras los autos pasaban sin cesar por la avenida principal. El sonido de las bocinas, las voces apresuradas y el bullicio constante de la ciudad parecían formar parte de una sinfonía eterna, una que nunca terminaba, una que nunca dormía .

Ella caminaba rápido, con su bolso colgado del hombro y la mirada fija en el suelo. Era tarde, pero eso no importaba aquí. En este lugar, la noche no traía descanso, solo nuevas historias.

Su turno en la cafetería había terminado hace más de una hora, pero se quedó un poco más, viendo a la gente ir y venir. Había algo en ellos que le fascinaba: los desconocidos con sus propios problemas, sus propios secretos, sus propios destinos entrelazados en esta metrópoli insomne.

Tomó un taxi hasta su apartamento, un pequeño espacio en el piso 12 de un viejo edificio en el centro. Desde su ventana, podía ver las luces parpadeantes de los rascacielos y el reflejo de la ciudad en el río que la atravesaba. Era hermoso y aterrador al mismo tiempo.

Afuera, una sirena rompió el aire. Un robo, un accidente, quién sabe. La ciudad seguía girando sin detenerse, indiferente a quienes la habitaban.

Esa noche, intentó dormir, pero algo la mantenía inquieta. Se levantó y volvió a la ventana. Entonces lo vio.

En la calle, justo debajo de su edificio, había un hombre de pie, inmóvil, mirándola. No parecía un vagabundo ni alguien que simplemente pasaba por ahí. Su ropa estaba impecable, su postura era firme, y su rostro estaba en sombras.

Su corazón latió más rápido. Cerró la cortina y se alejó de la ventana.

Minutos después, la curiosidad la venció. Se asomó de nuevo.

El hombre ya no estaba.

Pero en la acera, justo frente a su edificio, había una nota doblada con su nombre escrito en tinta negra.

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