El Tokyo Bay Aqua-Line es una obra maestra de la ingeniería que combina un puente de 4,4 km y un túnel submarino de 9,6 km, conectando Kawasaki con Kisarazu a través de la bahía de Tokio.
Lo más impresionante es su punto intermedio: la isla artificial Umihotaru, un área de descanso flotante que ofrece vistas panorámicas espectaculares del mar y la ciudad.
Construido para reducir el tiempo de viaje de 90 a solo 15 minutos, este coloso de la infraestructura no solo desafía la geografía, sino también las fuerzas de la naturaleza, resistiendo terremotos y tifones.
Umihotaru no es solo un área de descanso, sino un destino en sí mismo, con tiendas, restaurantes y miradores que hacen de este cruce una experiencia inolvidable.