El ascenso del nacionalismo en los últimos años ha sido un fenómeno clave en la política global. Este movimiento ha ganado fuerza en varias partes del mundo, desde Europa hasta América Latina y Asia, y ha tenido implicaciones profundas en la política interna de los países y en sus relaciones internacionales.

El nacionalismo se caracteriza por un fuerte sentido de identidad colectiva, donde las personas se sienten unidas por su cultura, historia y territorio .En su forma más extrema, busca promover los intereses de una nación por encima de los demás, lo que a menudo lleva a políticas de exclusión, xenofobia o proteccionismo.

Efectos en la política interna

1. Populismo: Los líderes nacionalistas a menudo emplean un discurso populista, apelando a la identidad nacional y a las preocupaciones de la ciudadanía sobre temas como la inmigración, la globalización o la pérdida de soberanía. Esto ha llevado al ascenso de figuras políticas como Donald Trump en EE. UU., Viktor Orbán en Hungría, y Jair Bolsonaro en Brasil, entre otros.


2. Crisis de la democracia: El nacionalismo puede generar tensiones dentro de las democracias liberales, ya que algunas propuestas pueden ir en contra de principios democráticos, como los derechos humanos o la protección de las minorías.


3. Fragmentación social: Al fomentar una visión de "nosotros contra ellos", el nacionalismo puede polarizar a las sociedades, creando divisiones internas que pueden socavar la cohesión social.



Efectos en la política internacional

1. Retroceso de la globalización: El nacionalismo ha contribuido a un retroceso en la integración global. Políticas de "America First" o "Brexit" son ejemplos claros de esta tendencia hacia el aislamiento y la autarquía económica, con gobiernos que priorizan sus intereses nacionales por encima de acuerdos internacionales.


2. Conflictos geopolíticos: El nacionalismo puede exacerbar tensiones geopolíticas. El caso de Rusia y Ucrania es un claro ejemplo, donde el nacionalismo y los intereses de identidad y territorio juegan un papel importante en el conflicto. Del mismo modo, en otras regiones, el nacionalismo ha sido un factor clave en los enfrentamientos territoriales y en la tensión entre potencias.


3. Crisis de refugiados y migración: El auge del nacionalismo ha influido en políticas migratorias más restrictivas. Esto ha creado desafíos en términos de derechos humanos, especialmente en Europa, donde el aumento de los movimientos nacionalistas ha generado rechazo hacia los refugiados y migrantes.



Consecuencias económicas

El ascenso del nacionalismo también ha tenido efectos económicos, principalmente a través de políticas proteccionistas. Los aranceles y las barreras comerciales se han incrementado en algunos países, lo que puede afectar negativamente al comercio global y, a largo plazo, a la economía mundial.

En resumen, el nacionalismo está remodelando el panorama político global, tanto en lo interno de los países como en sus relaciones internacionales. Si bien puede fortalecer la identidad y la soberanía de los estados, también puede generar tensiones internas y externas, afectando la estabilidad global.