Un abuelo no necesita mucho para ser feliz, solo la compañía de su nieto. Para ellos, los momentos compartidos con los más pequeños son los más preciados .
A menudo, los nietos son el centro del mundo de un abuelo. Ellos les devuelven la juventud, les hacen sentir importantes y les dan motivos para sonreír cada día. Un abuelo disfruta ver cómo sus nietos crecen y aprenden, y se siente orgulloso de cada pequeño logro. Esta relación no solo es beneficiosa para los niños, sino que también llena de alegría y sentido la vida de los abuelos.