La nostalgia nos hace pensar que antes todo era mejor. Y aunque no siempre sea cierto, hay algo en lo que muchos pueden estar de acuerdo: Internet, tal como lo conocíamos, está desapareciendo .
Antes, la publicidad en Internet era discreta. Un simple banner en una página web o un anuncio de pocos segundos en un video. Pero con el tiempo, el modelo ha cambiado para parecerse más a la televisión tradicional: anuncios largos, invasivos y cada vez más difíciles de evitar. La diferencia es que ahora no solo aparecen en la pantalla, sino que están en todas partes, personalizadas y diseñadas para atraparnos.
YouTube es el ejemplo más claro de cómo la publicidad ha ido aumentando de forma agresiva. Lo que antes era un simple anuncio que podíamos omitir en 5 segundos, hoy se ha convertido en una seguidilla de comerciales que interrumpen constantemente la experiencia. Hay anuncios al inicio, en medio y al final de los videos, e incluso dentro del contenido mismo.
Y el problema no es solo YouTube. Las plataformas de streaming, que en sus inicios prometieron contenido sin interrupciones, han empezado a introducir anuncios en sus planes más baratos. Netflix, Disney+ y Prime Video ahora ofrecen planes con publicidad, y si no quieres verla, tienes que pagar más.
Esto nos lleva a una pregunta incómoda: ¿realmente estamos avanzando o simplemente estamos volviendo al viejo modelo de la televisión, pero con más costos y más restricciones?
El problema no es solo la cantidad de anuncios, sino lo invasivos que han llegado a ser. Antes, la publicidad estaba en carteles, periódicos y televisión. Hoy, gracias a la inteligencia artificial y los algoritmos de redes sociales, los anuncios son personalizados, diseñados específicamente para cada usuario en función de su historial de navegación, conversaciones y hasta sus interacciones con asistentes virtuales.
Plataformas como Facebook, Instagram y TikTok analizan constantemente nuestros hábitos para mostrarnos productos que probablemente nos interesen. No es coincidencia que después de hablar sobre un tema con un amigo, te aparezca un anuncio relacionado. Cada clic, cada búsqueda y cada conversación es utilizada para vendernos algo.
El problema de la publicidad en Internet no es solo la incomodidad de verla, sino el hecho de que cada vez es más difícil escapar de ella. La única alternativa real que nos ofrecen es pagar por versiones premium de cada plataforma para evitar los anuncios, lo que significa que el acceso libre y gratuito a la información y el entretenimiento está desapareciendo.
Algunos sueñan con que surja una alternativa a YouTube o a las grandes plataformas, una que vuelva a ofrecer un espacio libre de publicidad intrusiva. Pero la historia nos ha demostrado que cualquier nueva plataforma que crezca lo suficiente terminará adoptando las mismas prácticas que sus predecesoras.