Existe una frase muy popular que dice:
"Los tiempos difíciles crean hombres fuertes. Los hombres fuertes crean buenos tiempos .
A simple vista, esta idea parece lógica y convincente. La historia está llena de relatos de sociedades que emergen de la adversidad con gran determinación, sólo para debilitarse en tiempos de abundancia. Pero, ¿qué tan cierta es esta afirmación? ¿Es una ley inmutable de la historia o solo una simplificación atractiva?
El origen de la frase y la teoría generacional
A pesar de su tono atemporal, esta frase no proviene de ningún filósofo antiguo. Su origen más reciente se encuentra en la novela "Aquellos que permanecen" (2016) de G. Michael Hopf, inspirada en la teoría generacional de Strauss-Howe. Esta teoría propone que la historia sigue ciclos de aproximadamente 85 años, divididos en cuatro etapas:
Cumbre: Tras una crisis, las instituciones se fortalecen y hay prosperidad.
Despertar: La sociedad busca nuevas formas de espiritualidad y sentido personal.
Desengaño: Las instituciones pierden credibilidad y la sociedad se vuelve más individualista.
Crisis: Conflictos y dificultades ponen en peligro el orden establecido.
Según este modelo, estos ciclos se repiten con regularidad, y cada generación tiene un arquetipo con características específicas: héroes, artistas, profetas y nómadas. Sin embargo, aunque esta idea es interesante, muchos historiadores han criticado la teoría por falta de rigor científico y por ser demasiado flexible como para hacer predicciones reales.
¿Tiempos difíciles = personas fuertes?
La idea de que la adversidad forja el carácter no es nueva. Desde la antigüedad, se ha idealizado a los pueblos que viven en condiciones hostiles, considerándolos más fuertes y resistentes. Por ejemplo, Julio César describía a los belgas como los más valientes de la Galia porque estaban alejados de las comodidades de la civilización romana. Heródoto decía algo similar sobre los escitas, un pueblo nómada que los persas no lograban conquistar.
Pero la historia también nos dice que el éxito no siempre depende de la dureza de las condiciones de vida. Los romanos, con su disciplina y organización, lograron derrotar a muchas tribus "más fuertes". A lo largo de la historia, la inteligencia estratégica, la cooperación y el acceso a recursos han sido mucho más determinantes que la simple resistencia física o el carácter endurecido por la adversidad.
¿Los "hombres fuertes" crean buenos tiempos?
Si entendemos "hombre fuerte" como un líder dominante y poderoso, la evidencia histórica dice lo contrario. Stalin lideró la Unión Soviética con mano de hierro, pero trajo represión y hambruna. Hitler prometió una Alemania fuerte, pero llevó al país a la guerra y la destrucción. Líderes autoritarios suelen concentrar el poder, pero rara vez generan bienestar para todos.
Además, es importante preguntarse: ¿"buenos tiempos" para quién? Muchas dictaduras han traído prosperidad a unas élites mientras sumían en la miseria a la mayoría. En otras ocasiones, los "buenos tiempos" son el resultado de esfuerzos colectivos más que de la fuerza de un solo individuo.
La ciencia detrás de la adversidad y el crecimiento personal
A nivel individual, los tiempos difíciles no siempre nos hacen más fuertes. De hecho, la psicología ha demostrado que las experiencias traumáticas pueden llevar a:
Estrés postraumático
Depresión
Indefensión aprendida (sensación de que no se puede cambiar la situación)
Sin embargo, en algunos casos, las personas pueden experimentar crecimiento postraumático: un cambio positivo en la forma de ver la vida, mayor resiliencia y una apreciación más profunda de lo que tienen. Pero este crecimiento no es automático. Requiere:
✔ Aceptar lo ocurrido
✔ Reflexionar sobre lo aprendido
✔ Expresar las emociones de forma saludable
✔ Contar con apoyo social
Ejemplos de personas que transformaron la adversidad en fortaleza incluyen a Nelson Mandela, Malala Yousafzai o Víctor Frankl, quienes superaron momentos extremadamente difíciles y lograron cambios positivos para ellos y para el mundo.