Las ranas y los sapos son animales vertebrados que conforman el grupo conocido como anuros, el cual a su vez forma parte de la clase de los anfibios. La función que cumple cada especie de anuro dentro de los ecosistemas depende estrechamente del estrato vertical donde habita .
- Cuerpos de agua permanentes, charcas o arroyos temporales.
- Suelo del bosque (a nivel de suelo)
- Sotobosque (1-2 m sobre el suelo)
- Dosel (más de 2 m sobre el suelo)
Las ranas y sapos son eslabones intermedios en las redes tróficas y son un puente de energía entre los ambientes acuáticos y terrestres. En este sentido, los anuros son uno de los principales consumidores de invertebrados terrestres y acuáticos, como insectos y arañas. Al mismo tiempo, son la principal fuente de energía para otros vertebrados de mayor tamaño, como serpientes, aves y mamíferos. Incluso pueden ser alimento de invertebrados, como arañas y chinches de agua.
La función de los anuros en las redes tróficas no sólo es importante en los bosques y selvas. Al alimentarse de gran cantidad de invertebrados, las ranas y sapos controlan poblaciones de insectos que podrían ser nocivos para la salud humana y para los cultivos agrícolas.
Los anuros son uno de los grupos de vertebrados terrestres más antiguos: han poblado el planeta desde hace 360 millones de años. Por tanto, al conservarlos se preserva la historia evolutiva de organismos que aparecieron mucho antes que la especie humana, incluso antes que los dinosaurios.
Un breve vistazo a las ranas y sapos que viven a lo largo del eje vertical de los bosques, nos hace tomar conciencia de que la desaparición de estos animales rompería una parte importante de las redes tróficas de los ecosistemas.
A escala global, distintas especies y poblaciones de anuros se están reduciendo a una tasa alarmante, siendo el Neotrópico, que va desde el centro de México hasta el sur de Chile, la región más afectada.