Era el año 1778 en Francia.
Muchos, muchos niños morían en el parto.
Una dama con el hermoso nombre Angélique Marguerite Le Boursier du Coudray había estado pensando en cómo cambiar eso.
Decidió garantizar que las parteras rurales pobres y sin educación recibieran más formación.
Inventó una “máquina” que serviría para practicar y comprender mejor el parto y la patentó.
La máquina estaba formada por un cuerpo femenino inferior y numerosos accesorios, como un recién nacido, un feto y gemelos.
Angélique viajó por Francia durante 25 años formando mujeres, pero también estudiantes, que a su vez formaban mujeres después. También formó médicos y cirujanos.
Recordemos que en aquella época las mujeres eran tratadas prácticamente "a ciegas", con las manos bajo las faldas.
Entrenó a unas 30.000 personas en ese periodo y se convirtió en un símbolo del progreso médico francés.