Usa un buen acondicionador o mascarilla hidratante al menos una vez a la semana para mantener el cabello suave y saludable. Aplica aceites naturales como argán, coco o almendra en las puntas para evitar la resequedad .Evita lavar tu cabello con agua muy caliente, ya que puede resecarlo y hacerlo más propenso al quiebre. Reduce el uso de herramientas de calor como planchas, rizadores y secadores; si es necesario usarlos, aplica un protector térmico antes. Opta por secar tu cabello al aire libre siempre que sea posible y, si usas secador, elige la opción de aire frío o tibio. Usa un champú sin sulfatos para mantener la hidratación natural del cabello y reducir el daño. No frotes tu cabello con la toalla después de lavarlo, en su lugar, sécalo con una camiseta de algodón o una toalla de microfibra para evitar el frizz y la rotura. Cepilla tu cabello con un peine de dientes anchos cuando esté húmedo para evitar la caída y el quiebre. Recorta las puntas cada 6-8 semanas para evitar las puntas abiertas y estimular el crecimiento saludable. Mantén una alimentación balanceada rica en proteínas, vitaminas y omega-3, ya que la salud del cabello también depende de lo que comes. Evita el exceso de productos con alcohol, ya que pueden resecar tu cabello. Usa tratamientos de keratina o hidratación profunda si sientes que tu cabello está muy seco o dañado. Duerme sobre una funda de seda o satén para reducir el frizz y evitar el desgaste del cabello por la fricción. No recojas tu cabello con ligas muy ajustadas, ya que pueden debilitar la fibra capilar y causar quiebre. Masajea tu cuero cabelludo regularmente para estimular la circulación sanguínea y favorecer el crecimiento del cabello.