El Titanic, completado en 1912, tenía capacidad para más de 3.300 personas y un volumen interno de 46.328 gt, mientras que los cruceros modernos de Royal Caribbean pueden albergar a más de 10.000 pasajeros y alcanzar un impresionante volumen interno de 228.081 gt. Esta evolución en la ingeniería naval no solo resalta los avances tecnológicos y de diseño, sino que también refleja cómo el concepto de viajar en alta mar ha pasado de ser una hazaña de la época a convertirse en una experiencia de lujo flotante.