En 1995, McArthur Wheeler cometió un robo a plena luz del día sin máscara. Su plan era infalible… o eso creía .
Este caso fue tan impactante que inspiró a los psicólogos David Dunning y Justin Kruger a investigar un fenómeno curioso: las personas menos capacitadas suelen ser las que más confianza tienen en sus habilidades.
Dunning y Kruger realizaron un estudio con estudiantes y descubrieron algo asombroso:
? Los que obtuvieron peores resultados se creían más inteligentes de lo que realmente eran. No solo no tenían conocimientos, sino que tampoco tenían la capacidad de darse cuenta de su propia ignorancia.
? Los más preparados, en cambio, se subestimaban. Como las pruebas les parecían fáciles, asumían que los demás también lo encontrarían sencillo y, por lo tanto, creían saber menos de lo que realmente sabían.
Este patrón se repite en muchos ámbitos de la vida: desde el trabajo hasta las redes sociales, encontramos personas extremadamente seguras de sí mismas hablando con autoridad sobre temas que apenas comprenden.
Para entenderlo mejor, imagina dos jugadores de ajedrez:
♟ Santiago lleva seis meses jugando con amigos y siempre gana. Está convencido de que es uno de los mejores jugadores del mundo.
♞ Daniel es un ajedrecista profesional que ha competido a nivel internacional. Aunque es realmente experto, es consciente de que hay un sinfín de estrategias que aún no domina.
La diferencia entre ellos es que Santiago no sabe lo que no sabe, mientras que Daniel reconoce que aún le queda mucho por aprender. La verdadera sabiduría no solo consiste en conocer cosas, sino en reconocer las propias limitaciones.
El efecto Dunning-Kruger nos afecta a todos en algún momento. Pero lo más preocupante es que las personas menos capacitadas suelen rechazar la crítica y no muestran interés en mejorar. Al no reconocer sus carencias, nunca buscan aprender más.
Como dijo Charles Darwin:? "La ignorancia engendra más confianza que el conocimiento."