Tomamos decisiones todos los días, desde las más simples hasta las más complejas. Pero ¿qué pasa cuando esas decisiones se ven afectadas por nuestras emociones? La inteligencia emocional es un factor clave para tomar mejores decisiones, ya que nos permite gestionar nuestras emociones, interpretar correctamente las de los demás y actuar de manera racional y estratégica en cualquier situación.
Si alguna vez has reaccionado impulsivamente, has tomado una decisión de la que luego te arrepentiste o te has sentido paralizado por la ansiedad, significa que tus emociones han influido en tu capacidad de decisión .