Quizás es momento de detenerte y tomar una hoja en blanco, como lo hizo Quinton Tarantino, uno de los cineastas más influyentes de todos los tiempos. Pero, lo que quizás no sabías, es que antes de ser el maestro del cine, Tarantino era solo un chico común, trabajando en una tienda de videos .

Todo comenzó con un insomnio. Mientras muchos duermen, Tarantino decidió enfrentar su futuro. Armado con un bolígrafo, una hoja en blanco y la quietud de la noche, hizo un ejercicio que lo transformó por completo. Si alguna vez has tenido una de esas noches largas en las que tus pensamientos no te dejan en paz, imagina aprovechar ese momento para escribir la historia de tu vida. No una historia de lo que te gustaría hacer, sino una lista sin filtros de lo que estás haciendo mal.

Esa es la primera etapa. Ser brutalmente honesto contigo mismo. Tarantino se preguntó: ¿qué estoy haciendo mal? Y sin evasivas, escribió todo lo que no estaba funcionando en su vida. Cada miedo, cada error, cada duda, todo en una hoja. Su mantra: no dar excusas. Sin tapujos, la verdad sobre sus fallos salió a la luz, y eso le permitió ver lo que realmente necesitaba cambiar.

¿Y luego? Aquí es donde comienza la magia. Después de enfrentar la verdad, el siguiente paso es encontrar la solución. ¿Cómo cambiar todo eso? Tarantino no se conformó con solo pensarlo, lo escribió. Y no solo una vez, sino 100 maneras de mejorar, de cambiar, de crecer. Cada error fue convertido en una lección escrita, lista para ser aplicada en su vida. Pero el truco está en la acción. Nada cambia si solo se queda en palabras.