Cuando hablamos de evolución humana, tendemos a cometer errores que distorsionan la realidad de nuestra propia historia. Nos gusta pensar que somos especiales, únicos, superiores… pero, ¿y si te dijera que muchas de estas creencias son erróneas?
Aquí te dejo cinco errores comunes que suelen aparecer cuando hablamos de nuestra evolución.
Nos encanta decir que el Homo sapiens es la especie más avanzada, la cúspide de la evolución. Pero, ¿bajo qué criterio? Si el objetivo de la vida es sobrevivir y reproducirse, hay muchas especies que nos superan con creces.
Las ratas grises (Rattus norvegicus), por ejemplo, llevan 2 millones de años en la Tierra, mientras que nosotros apenas alcanzamos los 300 mil años. ¿Quién es más exitoso en términos de supervivencia?
En cuanto a población, ni siquiera somos los más numerosos. Hay organismos microscópicos que nos superan por miles de millones en densidad por metro cuadrado. Entonces, ¿realmente somos la especie superior?
Tendemos a pensar que Homo sapiens es la única especie humana que ha existido, cuando en realidad hemos tenido primos y hermanos evolutivos.
El género Homo ha dado lugar a varias especies humanas antes que nosotros. Homo erectus, por ejemplo, existió durante casi dos millones de años, mucho más tiempo del que llevamos nosotros.
Hoy estamos solos, pero eso no significa que siempre haya sido así.
Es común escuchar que los humanos venimos de los chimpancés, pero esto es un error. No descendemos de ellos, sino que compartimos un ancestro común.
Hace millones de años, una especie ancestral dio lugar a dos ramas evolutivas: una que condujo a los chimpancés y otra que nos llevó a nosotros. No es correcto decir que venimos de ellos, sino que somos primos lejanos en el árbol de la vida.
Existe una idea errónea de que la evolución tiene un propósito, como si cada cambio nos llevara a una versión "mejorada" de nosotros mismos. Pero la realidad es otra: la evolución no busca la perfección, sino la adaptación.
No es una escalera donde vamos subiendo hasta alcanzar nuestro máximo esplendor. Es más bien una discoteca caótica, donde la música cambia constantemente y las especies que mejor se adapten al ritmo son las que siguen bailando.
Mucha gente piensa que, como usamos mucho el celular, en el futuro tendremos pulgares más ágiles y ojos más grandes. Pero la evolución no funciona así.
Para que un rasgo evolucione, debe representar una ventaja en términos de vida o muerte y reproducción. Usar el celular no es un factor determinante para la supervivencia, a menos que un día lleguen extraterrestres y eliminen a todos los que no puedan responder un mensaje en 5 segundos.
Hasta entonces, no esperes que nuestra especie desarrolle “superpulgares” solo por usar el móvil todo el día.