La ciencia no siempre es un refugio de certezas y tranquilidad. A veces, sus descubrimientos pueden ser más perturbadores que cualquier historia de terror .
?️ Tus ojos están desprotegidos... y tu sistema inmune no les importaAunque confiamos en nuestras pestañas, párpados y lágrimas para cuidar nuestra visión, lo cierto es que nuestros ojos están más expuestos de lo que creemos. Pero lo realmente inquietante es que nuestro propio sistema inmune prefiere ignorarlos. Si por alguna razón se rompe este “privilegio inmunológico”, nuestro cuerpo podría atacarlos hasta dejarnos ciegos... en ambos ojos.
☢️ Sombras que no desaparecenLas sombras normalmente duran un instante, pero las explosiones nucleares pueden dejar marcas imborrables. En Hiroshima y Nagasaki, las siluetas de personas y objetos quedaron impresas en las paredes, testigos mudos del impacto de la radiación. No es una metáfora: literalmente, la luz de la bomba “grabó” sus formas en los edificios.
? Una pata de elefante que puede matarte en segundosEn el desastre de Chernóbil, se formó una masa de material radioactivo conocida como la “Pata de Elefante”. Tan letal que, en sus primeros días, pasar solo 30 segundos cerca de ella provocaba mareos y, en tres minutos, una dosis mortal de radiación. Aún hoy, sigue emitiendo calor y destruyendo todo a su alrededor.
? Hongos que se alimentan de radiaciónSi pensabas que la radiación significaba muerte segura, algunos organismos no están de acuerdo. Se han descubierto hongos en Chernóbil que no solo sobreviven en ambientes altamente radioactivos, sino que usan la melanina para convertir la radiación en energía, como si fuera una versión oscura de la fotosíntesis. ¿El primer paso hacia una nueva forma de vida?
?? Los hongos son más parecidos a los humanos que a las plantasA simple vista, podríamos pensar que los hongos están más emparentados con los vegetales. Pero la ciencia ha demostrado que, a nivel genético, están mucho más cerca de los animales. De hecho, compartimos un ancestro común que nos separó hace más de mil millones de años. Así que la próxima vez que raspes un hongo de la pared… tal vez pienses dos veces antes de ignorarlo.