En gran parte, sí. No siempre podemos controlar lo que nos pasa, pero sí cómo lo enfrentamos .
A veces, pensamos que seremos felices cuando logremos algo, cuando estemos con alguien o cuando las circunstancias cambien. Pero la felicidad no debería depender solo de lo externo, porque entonces siempre será frágil.
Elegir la felicidad es decidir qué importancia le damos a lo que nos sucede, en qué enfocamos nuestra energía y cómo interpretamos nuestras experiencias. No significa ignorar el dolor o negar la tristeza, sino aprender a encontrar momentos de luz incluso en la oscuridad.
¿Qué piensas tú? ¿Crees que la felicidad se elige o que depende de lo que nos rodea?