Imagina un día común, en plena hora del mediodía, cuando de repente algo completamente absurdo y aterrador comienza a ocurrir: trozos de carne empiezan a llover del cielo. No es un mito ni un cuento de terror, sino un hecho que marcó a la pequeña comunidad de Olympia Springs en Kentucky, en 1876 .
La "lluvia de carne" dejó un rastro de confusión y horror. Los testigos, entre los que había hombres, mujeres y niños, se vieron bañados por esta precipitación macabra, que incluso cubrió los carruajes de bebé. Lo que es más inquietante aún, es que la carne, aún sangrienta, dejaba un olor nauseabundo en el aire. El panorama que quedó atrás parecía sacado directamente de una película de terror, pero, a pesar de su naturaleza grotesca, este fenómeno es real y aún hoy es considerado uno de los incidentes más extraños de la historia.
Por supuesto, el mundo intentó encontrar una explicación lógica, pero las teorías fueron aún más descabelladas que el propio incidente. Algunos sugirieron que un rebaño de vacas había sido volado por los aires, mientras que otros creyeron que una parvada de buitres había vomitado la carne. Sin embargo, ninguno de estos relatos logra dar una respuesta convincente a lo que realmente ocurrió.
Y si pensabas que la "lluvia de carne" de Kentucky era única, el mundo tiene más misterios similares que siguen sin ser resueltos. En 1915, en Nueva Zelanda, una lluvia mucho más perturbadora cayó sobre un pequeño pueblo. En lugar de carne, cayeron miles de dientes humanos, un fenómeno aún más extraño y aterrador que el anterior.
