https://www.adimvi.com/king-include/uploads/2025/02/67a3a9e3b1e70.jfif
Lo que hiciste anoche no fue solo un encuentro
Hace 15 horas
Tiempo de lectura aprox. :
2 min.
0 votos

Lo que hiciste anoche no fue solo un encuentro. Tal vez quieras convencerte de que fue un simple momento, algo sin importancia, pero en el fondo, hay una sensación que no puedes ignorar .

No se trata de moralidad ni de lo que dicta la sociedad, sino de cómo funciona tu propia psicología.


Tu cerebro no está diseñado para el desapego. Puedes creer que el placer y las emociones pueden separarse con facilidad, pero la verdad es otra. Cada vez que compartes un momento íntimo con alguien, algo en ti cambia, aunque no lo notes de inmediato. No es solo piel contra piel, es un intercambio de energía, de recuerdos, de huellas invisibles que permanecen.


Las sustancias químicas de tu cerebro—dopamina, oxitocina, serotonina—son las responsables de crear conexiones que van más allá del cuerpo. Son las que te hacen recordar su olor, su voz, la forma en que se sentía su piel contra la tuya. Son las que, con el tiempo, pueden hacer que busques más de lo mismo, pero que, en lugar de satisfacción, termines sintiendo un vacío creciente.


¿Te has preguntado por qué algunas personas no pueden soltar relaciones que les lastiman? ¿Por qué, después de ciertos encuentros, en lugar de sentirte lleno, te sientes más solo que nunca? La respuesta está en cómo la intimidad deja una marca en la mente. Cada vez que te entregas físicamente a alguien, algo de ti se queda en el otro, y algo del otro se queda en ti.


El problema no es el acto en sí, sino lo que puede hacerte si lo tomas a la ligera. Si te acostumbras a conectar y desconectar sin procesarlo, terminas fragmentándote. Al principio, es imperceptible. Pero con el tiempo, un día despiertas y te das cuenta de que, aunque has tenido muchas experiencias, ninguna te llena realmente. La desconexión se vuelve un hábito y, lo que es peor, cuando te das cuenta del precio que has pagado, puede ser demasiado tarde.


Porque la intimidad nunca ha sido solo física. Es un puente entre dos mentes, dos almas, dos historias. Y cuando cruzas ese puente una y otra vez sin cuidado, sin conciencia, sin respeto por lo que realmente significa, corres el riesgo de perderte en el proceso.


Piénsalo bien: ¿cuánto de ti has dejado atrás sin darte cuenta? 

2 visitas
Valora la calidad de esta publicación
0 votos

Por favor, entra o regístrate para responder a esta publicación.

Publicaciones relacionadas
Adimvi es mejor en su app para Android e IOS.