La historia de la medicina no siempre ha sido un camino de avances y milagros. En el pasado, algunas prácticas médicas no solo desafiaban la lógica, sino que también provocaban una gran cantidad de sufrimiento .
Imagina estar en la Edad Media, cuando los avances médicos eran casi nulos y las condiciones higiénicas, inexistentes. En el número siete de nuestra lista, encontramos un procedimiento que podría quitarle el aliento a cualquiera: el uso de alquitrán hirviendo para sellar heridas. La idea era verter el líquido a 200 grados en una herida abierta, dejando que se solidificara para luego extraerlo a la fuerza. El resultado, lejos de sanar, podría ser fatal. ¿Te atreverías a vivir una experiencia tan dolorosa?
El número seis nos lleva a una práctica que, lamentablemente, sigue existiendo en algunos lugares del mundo: la clitoridectomía. Conocida como una forma extrema de mutilación genital femenina, este procedimiento no tiene justificación médica alguna. A pesar de los esfuerzos por erradicarla, sigue siendo una realidad brutal para millones de mujeres. La práctica no solo causa un dolor indescriptible, sino que también trae consigo consecuencias graves para la salud física y mental.
En el número cinco, nos encontramos con un tratamiento medieval que pretendía aliviar la mortalidad infantil en París. Pero en lugar de curar, los médicos de la época decidieron amputar las encías de los bebés, creyendo erróneamente que sus muertes se debían al crecimiento de los dientes. El dolor y la desesperación de aquellos infantes, muchos de los cuales no sobrevivieron, es difícil de imaginar.
En el número cuatro, encontramos una de las prácticas más horribles de la Edad Media: la hemiglosectomía. Para tratar la tartamudez, se amputaba la mitad de la lengua de los pacientes. Esta intervención, realizada sin anestesia y con herramientas rudimentarias, no solo causaba un sufrimiento insoportable, sino que dejaba a los pacientes desfigurados y con infecciones graves.
La lobotomía, en el número tres, fue una de las intervenciones más destructivas de la medicina moderna, llevada a cabo en pacientes con enfermedades mentales. Usando un punzón que se insertaba a través del ojo, los médicos destruían partes del cerebro, dejando a los pacientes en un estado de vegetación. Lo peor es que, por mucho tiempo, se consideró una “mejoría”. Aunque hoy está completamente desacreditada, durante décadas arrasó con vidas y mentes.
El segundo puesto es aún más perturbador: la "medicina de cadáveres". En Europa medieval, se creía que la sangre de los recién ejecutados podía curar enfermedades. Así, personas desesperadas bebían la sangre fresca de los ajusticiados, creyendo que la salvaría. Sin embargo, esta práctica solo aumentaba la propagación de enfermedades y causaba más muertes.
Y finalmente, el primer lugar: una práctica medieval para tratar las hemorroides. La solución era simple pero aterradora: introducir un hierro candente en el ano. A pesar de las complicaciones y muertes durante el procedimiento, algunos pacientes preferían esta "cura" antes que sufrir el estigma de la enfermedad. Hoy, aunque las hemorroides siguen siendo una dolencia común, afortunadamente ya no es necesario someterse a una tortura como esa.
Es increíble pensar que, aunque en la actualidad tenemos acceso a tratamientos mucho más efectivos y humanos, la historia de la medicina estuvo marcada por tales barbaridades. Si alguna vez te has sentido afortunado por vivir en esta era, después de conocer estos procedimientos, quizás te sientas aún más agradecido por los avances en salud y tecnología.