Seguro alguna vez te ha pasado: envías un mensaje de texto creyendo que suena completamente normal, pero la otra persona lo interpreta como seco, grosero o hasta frío. ¿Por qué ocurre esto? La forma en que escribimos mensajes dice más de nuestra personalidad de lo que imaginamos.
Desde los amantes de los emojis hasta los perfeccionistas de la gramática, cada estilo de mensajería refleja rasgos únicos de nuestra forma de ser .