Tal vez, sin darte cuenta, estés dañando tu cerebro con hábitos cotidianos que parecen inofensivos. Aquí tienes 10 costumbres que podrían estar afectando tu capacidad cognitiva y qué hacer al respecto.
Tu cerebro está compuesto en un 75% por agua, y una leve deshidratación puede afectar tu concentración, memoria y energía. Si pasas mucho tiempo sin hidratarte, tu flujo sanguíneo disminuye, afectando la oxigenación del cerebro. La solución es simple: bebe al menos 30 ml de agua por cada kilo de tu peso corporal al día.
El sueño es el momento en que el cerebro se limpia de toxinas y se regenera. Si duermes poco, tu memoria y capacidad de decisión se ven afectadas. Además, aumenta el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Dale a tu cerebro el descanso que necesita durmiendo entre 7 y 9 horas diarias.
El exceso de azúcar puede hacer que tu cerebro se vuelva resistente a la insulina, dañando la comunicación entre neuronas. Además, puede provocar ansiedad y depresión al alterar los neurotransmisores responsables del estado de ánimo. Reduce el azúcar y opta por una alimentación más equilibrada.
El estrés libera cortisol, una hormona que, en exceso, puede encoger el hipocampo, la zona del cerebro responsable de la memoria y el aprendizaje. Si sientes que vives en un estado de alerta constante, intenta practicar meditación, ejercicio o actividades relajantes para reducir el impacto del estrés en tu cerebro.
No moverte lo suficiente afecta la oxigenación del cerebro y reduce su plasticidad, lo que puede provocar problemas de memoria y aprendizaje. El ejercicio no solo fortalece el cuerpo, sino que también estimula la producción de nuevas neuronas. Muévete más, aunque sea con caminatas diarias.
El cerebro necesita oxígeno para funcionar correctamente. Si sufres de apnea del sueño o no respiras adecuadamente, podrías estar privando a tu cerebro de este recurso vital, lo que puede generar problemas de concentración e incluso enfermedades graves. Si roncas mucho o sientes fatiga constante, consulta a un especialista.
Vivimos en un mundo hiperconectado, pero demasiada información abruma el cerebro y afecta la capacidad de concentración. Establece momentos de descanso mental, desconéctate de vez en cuando y evita la multitarea para darle un respiro a tu mente.
Usar auriculares con un volumen alto puede dañar tu audición y aumentar la carga cognitiva del cerebro. Además, la pérdida auditiva puede llevar al aislamiento social, lo que también perjudica la salud mental. Ajusta el volumen y dale descanso a tus oídos.
El cerebro necesita interacción social para mantenerse activo. La falta de contacto humano afecta la neuroplasticidad y puede aumentar el riesgo de demencia. Mantén conversaciones con amigos, familiares o busca actividades grupales para ejercitar tu mente.
El alcohol, el tabaco y las drogas deterioran la función cognitiva y pueden causar daños irreversibles en el cerebro. Fumar reduce el flujo sanguíneo al cerebro, mientras que el alcohol y las drogas alteran la memoria y el aprendizaje. Si puedes, evita estas sustancias o consúmelas con moderación.