Si eres de los que tienen dificultades para cuidar de sí mismo, este concepto puede ser la clave para desbloquear una vida llena de amor propio y bienestar.
Imagina que eres el padre o la madre de tu yo interior. ¿Lo regañarías por estar frustrado o agotado? ¿Lo descuidarías cuando se siente mal? ¡Claro que no! A menudo, nos tratamos con dureza cuando cometemos errores o nos encontramos en situaciones difíciles, pero si nos viéramos como a un niño, nuestra perspectiva podría cambiar por completo.
Este enfoque no solo es útil cuando atraviesas tiempos difíciles, sino también cuando se trata de crear una rutina .
También es importante cuidar de ti mismo tanto por dentro como por fuera. Al igual que no permitirías que un hijo se fuera a la escuela con ropa sucia o sin ducharse, ¿por qué deberías permitirlo contigo mismo? La apariencia no lo es todo, pero la forma en que nos vemos y nos sentimos afecta directamente nuestra confianza. A veces, solo un cambio de vestuario o una pequeña rutina de cuidado personal puede elevar nuestro estado de ánimo y aumentar nuestra autoestima.
Y hablando de autoestima, compararnos constantemente con otros es algo que debemos evitar a toda costa. Si fueras el padre de tu niño interior, nunca lo compararías con otros. Lo harías sentir único, especial y suficiente tal como es. De igual manera, deberías permitirte la misma compasión.
Otro aspecto clave en este viaje de autocuidado es la importancia de rodearte de personas que te eleven. ¿Dejarías que tu hijo se rodeara de personas tóxicas o dañinas? No. Lo mismo debes hacer tú: establece relaciones que te respeten, que te cuiden y que fomenten tu crecimiento personal.
El poder de la auto-compasión también se encuentra en aprender a perdonarte. Si cometieras un error como padre, no lo recordarías todo el tiempo y lo harías sentir culpable por algo que ya pasó. ¿Por qué deberías hacerlo contigo mismo? La autocompasión es la clave para sanar y avanzar.