Imagina despertarte una mañana y descubrir que el mundo tal como lo conocías ha cambiado radicalmente: las mujeres siguen aquí, pero todos los hombres han desaparecido. De un día para otro, solo quedas tú en un planeta poblado por miles de millones de mujeres .

Parece una fantasía, ¿verdad? Pero, al principio, la tristeza y la sorpresa de la desaparición de todos los demás hombres rápidamente se ven reemplazadas por una pregunta mucho más complicada: ¿estás listo para repoblar la Tierra? La idea de ser el único responsable de la supervivencia de la humanidad puede sonar como un desafío épico, pero también trae consigo una responsabilidad abrumadora.

Para empezar, ¿serías capaz de cumplir con esa tarea? A lo largo de los años, la fertilidad masculina ha disminuido, y muchos factores como la contaminación, el estrés y los hábitos poco saludables han jugado un papel en este fenómeno. Como el único hombre en el planeta, tendrías que asegurarte de que tus niveles de fertilidad estén en su mejor forma. Ejercicio, vitaminas, reducción del alcohol y el estrés… ¡y todo eso mientras navegas por un mundo que ya no es como el que conocías!

Aparte de los desafíos biológicos, la idea de repoblar la Tierra de manera práctica se convierte en una cuestión aún más complicada. Quizá termines recurriendo a una clínica de fertilidad, pero no será tan sencillo como solo cumplir con la tarea. El mundo entero sabría exactamente qué estás haciendo. Y aunque en teoría, tener millones de mujeres disponibles suena interesante, la realidad sería mucho más dura de lo que imaginas. El bienestar de la humanidad dependería de ti, y el tiempo apremia.

Pero más allá de las consecuencias personales, lo que esta situación nos recuerda es la importancia de cuidar el planeta y de evitar caer en escenarios donde desastres ecológicos y sociales sean el centro de nuestro futuro.