A pesar de sus beneficios, el teletrabajo también presenta ciertos desafíos que pueden afectar la productividad:
La falta de interacción cara a cara puede generar malentendidos, retrasos en la toma de decisiones y menor cohesión en los equipos. Es fundamental el uso de herramientas de comunicación y la claridad en las expectativas.
Trabajar desde casa puede hacer que algunos empleados se sientan desconectados de sus compañeros y de la cultura organizacional, lo que podría afectar su motivación y compromiso con la empresa.
Sin una delimitación clara entre la oficina y el hogar, muchos trabajadores terminan trabajando más horas de las recomendadas, lo que puede llevar al agotamiento y al estrés.
No todos los empleados cuentan con un espacio adecuado para trabajar desde casa ni con una conexión a internet estable, lo que puede afectar su desempeño.
En el teletrabajo, las empresas deben enfocarse en medir la productividad a través de resultados y no del tiempo trabajado, lo que requiere nuevas estrategias de gestión y evaluación.