Seguro has sentido esa mezcla de esperanza y frustración cuando intentas algo una y otra vez sin ver los resultados que esperabas. Es fácil pensar que, si no sucede rápido, quizá no era para ti .

"No paro de intentarlo porque no paro de quererlo."

Cada paso que das, incluso los que no salen como esperabas, te acercan a lo que deseas. La clave no está en hacerlo perfecto ni en llegar más rápido, sino en caminar a tu ritmo, aprendiendo y confiando en tu propio proceso.

A veces, lo que realmente importa no es solo alcanzar la meta, sino la persona en la que te conviertes mientras la persigues. La paciencia, la fortaleza y la claridad que estás cultivando son parte del regalo.

Si ese sueño sigue dentro de ti, es porque tiene un propósito. Permítete confiar, incluso cuando no tengas todas las respuestas. Porque cada intento es un acto de amor hacia ti y hacia lo que realmente deseas.

Sigue avanzando. No tiene que ser perfecto, solo tiene que ser tuyo.