Te ha pasado más de una vez: estás en el autobús, en una cafetería o caminando por la calle, y de repente sientes un escalofrío en la nuca. Algo dentro de ti te dice que alguien te está observando .
Muchos creen que esta habilidad de detectar miradas ajenas se llama scopaestesia, una especie de sexto sentido que nos alerta cuando alguien nos observa. De hecho, alrededor del 70 % de las personas afirman haber experimentado esta sensación y confían en su fiabilidad. Pero, ¿es real? ¿De verdad tenemos la capacidad de percibir una mirada sin verla?
La idea de que podemos sentir cuando nos miran ha intrigado a científicos desde hace décadas. Psicólogos como Edward Titchener y John Edgar Coover realizaron experimentos para comprobar si esta habilidad existía realmente.
El experimento era sencillo: un participante debía sentarse de espaldas a otra persona, quien en ciertos momentos miraría fijamente su nuca y en otros no. La tarea del observado era indicar si sentía o no la mirada del otro, basándose en su "percepción extrasensorial".
El resultado fue claro: las respuestas fueron completamente aleatorias, igual que si hubieran respondido al azar. Ni la distancia entre los participantes ni la confianza del sujeto en su propia capacidad afectaban los resultados. En otras palabras, no hay evidencia científica de que podamos sentir una mirada sin verla.
La respuesta está en nuestra forma de procesar la información. Hay dos factores clave que pueden explicar por qué nos parece que esta sensación es real:
Sesgo egocéntricoLos seres humanos tenemos una tendencia inconsciente a pensar que las miradas de los demás se dirigen hacia nosotros. En un experimento, se pidió a los participantes que identificaran la dirección de miradas ambiguas en imágenes de rostros. La mayoría asumió que los estaban mirando, incluso cuando no era cierto.
El movimiento capta la atenciónJohn Edgar Coover propuso una explicación aún más curiosa. Volvamos al ejemplo del autobús: sientes que alguien te observa y giras la cabeza para verificarlo. Pero, ¿y si la otra persona no te estaba mirando antes? Es posible que haya estado distraída hasta que tu movimiento de cabeza llamó su atención. En ese momento, su mirada se posa en ti y te convence de que habías sentido su observación antes de girarte.
En otras palabras, no sentimos la mirada del otro, sino que provocamos que nos mire al movernos.
Aunque la idea de un sexto sentido que detecta miradas es tentadora, la ciencia ha demostrado que no existe ninguna capacidad extrasensorial que nos haga percibir miradas invisibles. Lo que ocurre es que nuestra mente nos juega una trampa con sesgos y asociaciones incorrectas.