No estás solo. La ciencia dice que el verdadero dolor no lo experimentas en tu corazón, sino en tu cerebro .
¿Sabías que el amor y el desamor son como una adicción para tu cerebro? Durante la relación, tu cerebro libera dopamina, que te hace sentir bienestar y felicidad. Pero cuando esa persona se va, tu cerebro entra en shock, buscando recuperar esa sensación de "normalidad" que solo esa persona te brindaba. Por eso, los impulsos de llamarla, buscarla o hablarle son tan fuertes, pero es importante ignorarlos para evitar caer nuevamente en el mismo ciclo.
La clave para superar una ruptura radica en permitir que tu cerebro se adapte a esta nueva realidad. Aceptar el dolor y vivir el duelo es fundamental. No se trata de evitar las emociones, sino de experimentarlas y procesarlas. Habla con alguien de confianza, escribe tus sentimientos y hazlo todo sin caer en la trampa del autodesprecio.
Además, es esencial evitar cualquier contacto con la persona que se fue. Es tentador revisar sus redes sociales o investigar cómo está, pero eso solo activará los circuitos cerebrales de la pasión nuevamente, haciendo más difícil seguir adelante. Aceptar que esa historia llegó a su fin y que el cierre es necesario, te permitirá seguir avanzando.
A medida que superas la ruptura, tu cerebro empezará a cuestionar sus creencias: la idealización de la otra persona y la idea de que nunca encontraras a alguien como ella. Es un proceso doloroso, pero con el tiempo, aprenderás a ver las cosas desde una perspectiva más realista.
Recuerda que el duelo no dura para siempre. Poco a poco, debes volver a conectar con lo que te gusta hacer, explorar nuevas actividades y ponerte nuevas metas. No se trata de olvidar, sino de darle un nuevo significado a lo que pasó y de aprender a seguir adelante con tu vida. Al final, aunque haya días difíciles, lo importante es volver a intentarlo y seguir cultivando tu vida para ti mismo.
Superar una ruptura es posible, solo ten paciencia con tu cerebro y date el tiempo para sanar.