Durante la Edad Media, el papel de la mujer estuvo condicionado por la Iglesia y la estructura feudal. La mayoría de las mujeres eran campesinas con roles limitados al hogar y el trabajo agrícola .
En el Renacimiento, aunque la educación seguía siendo un privilegio masculino, algunas mujeres sobresalieron en el arte y la literatura. Isabel I de Inglaterra, por ejemplo, gobernó con firmeza y consolidó el poder de su reino. En el ámbito cultural, escritoras como Christine de Pizan desafiaron la visión tradicional de la mujer con su obra La ciudad de las damas.