Despierta la fuerza que hay en ti?

Desde pequeña, Mariana siempre escuchaba a su madre decirle que debía ser valiente, que todo lo que necesitaba estaba dentro de ella. Pero a medida que crecía, las dudas comenzaron a invadir su mente .

Sus amigas parecían tener todo resuelto: buenas calificaciones, amistades sólidas, planes bien establecidos para el futuro. Mientras tanto, Mariana se sentía atrapada en una rutina de inseguridades y miedos.

A los 18 años, decidió inscribirse en la universidad, aunque no sabía si realmente estaba preparada. Todos los días se levantaba con el temor de no ser suficiente, de no encajar. Los primeros meses fueron un desafío constante: los exámenes la hacían sentir impotente, las presentaciones frente a la clase la llenaban de ansiedad. A menudo pensaba en rendirse, en abandonar todo y seguir la vida tranquila que había tenido antes, lejos de la presión de ser alguien importante.

Pero una tarde, mientras caminaba por el parque cercano a su universidad, Mariana se cruzó con una anciana que vendía flores. La mujer, con una sonrisa cálida, le ofreció una flor a cambio de una pequeña charla. Mariana, curiosa, aceptó. Mientras la mujer arreglaba su ramo, le dijo algo que la dejó pensando: “La vida no siempre se trata de lo que los demás ven en ti, querida. Se trata de lo que tú eres capaz de ver en ti misma. La fuerza que necesitas ya está en tu corazón.”

Mariana pasó esa noche reflexionando sobre esas palabras. Comenzó a preguntarse: ¿por qué no creía en sí misma? ¿Qué pasaría si dejara de lado el miedo y confiara en su propio potencial?

Al día siguiente, en lugar de esquivar sus miedos, decidió enfrentarlos. Se preparó para su examen más difícil, no con el pensamiento de "si fallo, todo estará perdido", sino con la determinación de que lo daría todo sin importar el resultado. Esa nueva mentalidad le permitió no solo aprobar el examen, sino obtener la mejor calificación de su clase.

A lo largo del tiempo, Mariana empezó a aplicar este enfoque a cada aspecto de su vida. Con cada desafío superado, sus inseguridades comenzaron a desvanecerse. Se dio cuenta de que no necesitaba la aprobación de los demás para sentirse valiosa; ya poseía todo lo que necesitaba dentro de ella.

El último año de universidad, cuando estaba a punto de graduarse, Mariana miró atrás y sonrió. La chica que alguna vez temía enfrentar el mundo ahora sabía que, con fe en sí misma, era capaz de conquistar cualquier reto. La fuerza que había estado buscando siempre estuvo allí, esperando ser descubierta.

Y cuando al fin se subió al escenario para recibir su título, una sensación de paz y orgullo la invadió. Sabía que, sin importar lo que viniera, la verdadera fuerza siempre residiría en su capacidad de creer en sí misma.

Por favor, entra o regístrate para responder a esta publicación.

Etiquetas más populares