Detenerse:
Cuando te encuentres en una situación conflictiva o estresante, detente por un momento en lugar de reaccionar de inmediato.
RESPIRAR PROFUNDAMENTE:
Toma varias respiraciones profundas y lentas para calmarte y reducir la tensión emocional.
OBSERVAR LA SITUACIÓN:
Trata de identificar los factores que están contribuyendo al conflicto la tensión, así como las emociones involucradas.
RECONOCER TUS SENTIMIENTOS:
Acepta tus sentimientos sin juzgarte a ti mismo.
PENSAR EN LAS OPCIONES:
Considera las diferentes opciones disponibles para responder a la situación de manera constructiva.
Elegir una respuesta:
Elige la opción que creas que es más adecuada para la situación y que te ayude a manejar el conflicto de manera positiva.
ACTUAR CON CALMA Y DECISIÓN:
Una vez que hayas elegido tu respuesta, actúa con calma y decisión
EVALUAR Y AJUSTAR SI ES NECESARIO:
Aprende de la experiencia y ajusta tu enfoque según sea necesario en el futuro.