Te sientes irritable, te enojas con facilidad, sientes la sensación de estar al límite.
Te sientes agotado la mayor parte del tiempo, sin importar lo que duermes o los descansos que tomes.
No te provoca hacer nada, ningún plan es de tu interés.
Sientes que no soportas a nadie de los que te rodea, algunas veces puedes disimularlo, pero otras no.
Busca desahogos en hábitos poco saludables como beber, fumar, etc.
Te cuesta pedir ayuda, no quieres ser visto como débil o incapaz de resolver sus asuntos.
Te aíslas y prefieres no interactuar con nadie, te sientes solo, incomprendido o rechazado
No siempre vamos a sentirnos bien y es válido agotarnos emocionalmente, pero debemos entender que lo es solo un llamado a atendernos, a escucharnos, a darnos prioridad… A amarnos.