Desde tiempos inmemoriales, los océanos han sido fuente de vida, misterio e inspiración para la humanidad. Cubriendo aproximadamente el 71% de la superficie terrestre, estos vastos cuerpos de agua no solo albergan una biodiversidad impresionante, sino que también desempeñan un papel esencial en el equilibrio del ecosistema global .
Los océanos han moldeado el clima del planeta, influenciado patrones meteorológicos y actuado como gigantescas reservas de calor y humedad. Además, generan más de la mitad del oxígeno que respiramos gracias a organismos microscópicos como el fitoplancton. Son también una fuente crucial de alimento, proporcionando sustento a millones de personas en todo el mundo, y un motor clave de la economía global a través de la pesca, el transporte marítimo, el turismo y la extracción de recursos naturales.
Sin embargo, la actividad humana ha alterado el equilibrio de los océanos de manera alarmante. La contaminación, el cambio climático, la sobrepesca y la destrucción de hábitats marinos amenazan su biodiversidad y su capacidad para seguir cumpliendo sus funciones vitales. La acidificación oceánica, causada por el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera, pone en peligro arrecifes de coral y ecosistemas enteros, mientras que la acumulación de desechos plásticos ha generado enormes "islas de basura" que afectan la vida marina.