Nos miramos, yo la acaricié y ella me acarició, nos besamos, nos sentimos e hicimos el amor, y casi flipamos sobre ese sitio.
Mientras el mundo era menos mundo, solo bastaba con nosotros, sin importar nuestro alrededor.
Instantes de caricias que no duraban segundos, pero hacían que mienta el reloj.
Nos miramos y nuestra mente se convierte en guerra, mientras el mundo solo esperaba su explosión.
Hicimos daño quitándonos las ganas, era la falsedad convirtiéndose en amor.
Lo que salía de su boca no salía de cualquiera, y probarlo, fue mi error.