"La Cucaracha", una de esas canciones que todos conocemos, pero pocos sabemos de dónde proviene, tiene una historia mucho más rica y compleja de lo que imaginamos. Aunque suele asociarse con el folclore infantil, su origen es mucho más oscuro y tiene vínculos con luchas sociales, conflictos bélicos e incluso enfrentamientos políticos .
Se cree que la canción tiene sus raíces en la península ibérica en el siglo XV, cuando los reyes católicos expulsaron a los musulmanes y a los judíos, usando versos que exaltaban la victoria militar y humillaban al enemigo. Sin embargo, la versión que hoy conocemos, con su aire juguetón y burlesco, adquirió una nueva dimensión durante la Revolución Mexicana.
En 1914, un músico veracruzano llamado Rafael Sánchez Escobar, mientras tocaba en las cantinas de Monterrey, recordó una versión de "La Cucaracha" que su madre le cantaba de niño. Con el estallido de la Revolución, la canción se transformó en un himno de los opositores al dictador Victoriano Huerta, quien era apodado "la cucaracha" debido a su fama de alcohólico, su cojera y su condición de salud. Desde entonces, la canción pasó de ser una melodía infantil a convertirse en una sátira política, burlándose de los poderosos y de los enemigos de la Revolución.
Con el paso de los años, "La Cucaracha" cruzó fronteras, adaptándose a diferentes contextos. Fue versionada por músicos de jazz como Louis Armstrong, y hasta llegó a la pantalla grande con una película protagonizada por María Félix. En cada una de sus versiones, "La Cucaracha" mantiene su esencia irreverente, burlona y un tanto trágica, como un testimonio musical de los momentos históricos que atravesó.