El amor puede ser tan hermoso como doloroso. Cuando te entregas completamente a alguien, hay un riesgo implícito: la traición .
Imagina estar tan inmerso en un amor, que cada gesto, cada mirada, se convierte en una pista, un indicio que solo tú puedes interpretar. Al principio, el amor parece perfecto, y crees que todo lo que pasa es natural. Sin embargo, poco a poco, empiezas a notar cambios. La sonrisa ya no es la misma, las palabras suenan vacías y las caricias ya no tienen el mismo calor. Pero, ¿quién lo nota? ¿Quién lo siente con la misma intensidad que tú? Solo el loco. Solo aquel que ha dedicado su vida y su corazón a alguien que ya no es la misma persona, o tal vez, nunca lo fue.
El loco es el que, enamorado, comienza a dudar de todo: de sí mismo, de su relación y, por supuesto, de la otra persona. La paranoia se apodera, porque, aunque su razón le dice que tal vez todo está bien, su corazón le grita lo contrario. Y es aquí donde comienza el descenso: los errores se justifican por un "te amo tanto" y se hacen locuras en nombre de salvar lo que ya se ha perdido. En la desesperación por mantener el amor, el loco cruza límites, busca pruebas donde no debería, y lo que en algún momento fue un sentimiento puro, se convierte en una trampa de inseguridad.
Es un ciclo que destruye la confianza. La mentira se convierte en un refugio, y la verdad se diluye entre dudas y temores. El amor, que debería ser la salvación, se convierte en un veneno que mata poco a poco la relación. Y cuando finalmente la verdad emerge, cuando las pruebas de una posible traición salen a la luz, ya no queda nada por hacer. La confianza se ha ido, y con ella, la esencia del amor que alguna vez los unió.
En este relato no solo se trata de infidelidad, se trata de cómo el miedo a perder lo que más amas puede llevarte a destruir lo que más temes. Porque, al final, el amor es tan irracional como hermoso. Pero, ¿hasta qué punto estamos dispuestos a perder nuestra cordura por alguien? ¿Vale la pena arriesgar todo por un amor que tal vez ya no existe? La respuesta no es sencilla, pero el loco sigue creyendo que sí.
Es difícil no ver el amor como una apuesta. A veces, se gana. Otras veces, se pierde. Pero, lo importante es aprender a levantarse y no perder la capacidad de amar de nuevo. Si alguna vez has sentido que el amor te lleva a los límites de la razón, este mensaje es para ti. No todo está perdido. La locura del amor solo te muestra lo que eres capaz de hacer por esa persona, pero también te enseña que el amor propio es la única base que nunca debe tambalear.