Si no tienes una rutina o un plan establecido, ¡estás en una situación vulnerable! Muchas personas reciben su pago, lo gastan sin control y se quedan esperando el siguiente ingreso, sin pensar en su futuro financiero. Pero, no te preocupes, con un par de hábitos puedes cambiar esa situación y empezar a construir un futuro mucho más estable y próspero .
El primer paso, y uno de los más importantes, es ahorrar. Lo primero que debes hacer con tu salario es transferir al menos el 10% a una cuenta de ahorros. Si este porcentaje te resulta difícil, empieza con menos, lo importante es crear el hábito. El ahorro es el pilar sobre el que podrás construir tu patrimonio, ¡y no importa lo pequeño que sea el monto! La clave es comenzar.
Lo más sencillo es automatizar este proceso. Puedes configurar tu cuenta bancaria para que, al recibir tu pago, el dinero se transfiera automáticamente a una cuenta de ahorros. De esta manera, no solo garantizarás que el dinero se ahorre, sino que desarrollarás una disciplina financiera que te ayudará a largo plazo.
Nadie está exento de imprevistos. Un fondo de emergencia es esencial para cubrir situaciones inesperadas, como problemas de salud, pérdidas de empleo o daños en tu hogar. Los expertos recomiendan ahorrar al menos de 3 a 6 meses de tus ingresos para crear este colchón financiero. Si puedes, mejor aún, ¡amplíalo! Tener este fondo te dará paz mental, sabrás que estás cubierto ante cualquier imprevisto y podrás evitar endeudarte en momentos de crisis.
Una vez hayas ahorrado, el siguiente paso es invertir. No importa si tu monto es grande o pequeño, lo importante es crear el hábito de invertir. Muchas personas en Latinoamérica no confían en productos de inversión, pero no tiene que ser algo complicado. Puedes comenzar con opciones de bajo riesgo, como los ETFs, que permiten diversificar tus inversiones de manera sencilla. Recuerda, lo importante es empezar y dejar que tu dinero trabaje por ti.
El dinero también es para disfrutarlo. No todo en la vida es ahorro e inversión. Parte de tener unas finanzas saludables es darte el gusto de disfrutar lo que tanto has trabajado. Eso sí, lo importante es hacerlo de manera consciente y equilibrada. Los gastos “culposos” deben ser aquellos que no te dejen en la ruina ni te alejen de tus objetivos financieros. Gasta solo lo que se ajuste a tu presupuesto y disfruta de esos pequeños placeres sin remordimientos.
No menos importante es liberar tu vida de deudas. Paga tus tarjetas de crédito, préstamos o cualquier deuda que tengas lo antes posible. Cuanto antes las liquides, más tranquilo vivirás. Y, si no sabes cómo salir de deudas más rápido, hay estrategias efectivas que puedes seguir. El equilibrio entre ahorro, disfrute y el pago de tus deudas te ayudará a tener una vida financiera mucho más saludable.