Haz una lista de todos los hábitos que tienes y evalúa si te traen provecho a largo plazo o únicamente sirven para satisfacer un antojo en el momento.
Aunque está perfecto escuchar a nuestro cuerpo y reconocer nuestras necesidades inmediatas, a veces tendremos que sacrificar placer por felicidad a largo plazo (de ahí viene construir habitos saludables)
Sin juzgarte, observa con curiosidad los hábitos que no te aportan y hazte consciente de que quieres cambiarlos.
Todos los hábitos tienen la función de solucionar algún problema, sea o nuestra intención. Por ejemplo, si pasas demasiado tiempo en el teléfono, estas intentando solucionar el problema de sentir aburrimiento, ansiedad o necesidad de entretenimiento.
Ya que encontraste el problema que estas intentando solucionar con tu habito, busca una alternativa más positiva y saludable que pueda reemplazarlo.
Esta nueva opción debe satisfacer la misma necesidad que el habito anterior, pero siendo mas consciente de que traiga consecuencias positivas a largo plazo.
Reduce las barreras para comenzar el nuevo habito y hazlo lo más fácil posible de realizar .
Crea un ambiento que haga visible el habito que quieres cultivar e invisible el que quieres romper. Prepárate con anticipación y no le dejes todo el trabajo a tu versión futura. Si tu única herramienta de preparación es t fuerza de voluntad, será mucho más difícil.