Si eres como la mayoría de las personas, probablemente tu respuesta sea no. Este pequeño país en el norte de Sudamérica es uno de los más enigmáticos y desconocidos, y, curiosamente, uno de los más despoblados del continente .
Surinam, con sus 163.000 kilómetros cuadrados, es el país más pequeño de Sudamérica. Sin embargo, a pesar de su tamaño, alberga a tan solo 630,000 personas, colocándolo en el puesto 165 del mundo por población. Esto lo convierte en una nación con una densidad de población extremadamente baja: solo 3,8 personas por kilómetro cuadrado. Para poner esto en perspectiva, países como Australia, Mongolia y Namibia tienen una densidad poblacional similar debido a su vasta extensión territorial.
Aunque Surinam tiene una geografía variada que incluye selvas densas, llanuras fértiles y una extensa zona de bosques tropicales, la mayor parte de su población se concentra en la capital, Paramaribo, y sus alrededores, con más del 60% de los habitantes viviendo en la zona costera. El resto del país, en su mayoría selvático y de difícil acceso, está casi deshabitado. Sipaliwini, el distrito más grande de Surinam, ocupa el 80% del territorio, pero solo alberga unas 37,000 personas. Imagina un lugar tan grande como Grecia o Nicaragua, pero con una población que podría caber en la mitad de un estadio de fútbol. ¿Por qué tanto espacio vacío?
La razón principal de esta baja población tiene que ver con las dificultades para vivir en el interior del país. La densa selva tropical y el terreno difícil hacen que la instalación humana sea un reto. Además, Surinam tiene una industria minera significativa, centrada principalmente en la extracción de oro y bauxita, pero la agricultura, vital para otras regiones, es casi inexistente en gran parte del país.
Históricamente, la colonización neerlandesa y británica marcó la identidad de Surinam, lo que ha contribuido a su desconexión cultural con el resto de Sudamérica. El país obtuvo su independencia en 1975, pero el éxodo de cientos de miles de surinameses hacia Países Bajos y las décadas de inestabilidad política no ayudaron a la formación de una nación sólida.
Hoy en día, aunque Surinam ha mejorado en aspectos como la esperanza de vida y el crecimiento poblacional en los últimos 30 años, la infraestructura sigue siendo insuficiente, y la deforestación descontrolada por la minería ilegal amenaza aún más su futuro.
Así que, ¿por qué tan pocas personas viven en Surinam? La respuesta está en su geografía, su historia y los retos que enfrenta en términos de desarrollo y estabilidad. Aunque es parte de Sudamérica, este país parece más bien un infiltrado en el continente, con fuertes lazos con el Caribe y Europa, pero distantes de sus vecinos sudamericanos.