Si te has encontrado en situaciones donde la soledad te ha preocupado o incluso te ha incomodado, este texto es para ti. Hoy quiero compartir algo muy personal: cómo aprender a estar sola me ha transformado, y cómo este proceso de autoconocimiento puede ayudarte a ti también.
Hace un tiempo, viví una relación donde mi felicidad dependía completamente de la otra persona .
Este cambio de mentalidad no fue fácil. Hubo momentos de soledad, de incertidumbre, y de sentirme incompleta. Pero el aprendizaje estuvo en la aceptación. Aprendí a disfrutar de mis propios momentos: de viajar sola, de comer en solitario y de estar bien sin necesidad de que alguien más estuviera allí. Es un proceso que puede ser doloroso, pero poco a poco vas comprendiendo lo valiosa que es tu compañía. Y cuando una nueva persona llega a tu vida, puedes disfrutar de su compañía desde una perspectiva más sana, sin depender de ella para tu felicidad.
Hoy me siento más segura de mí misma. Entiendo que mi tiempo es valioso, y que nadie merece mi amor más que yo misma. Ser honesta conmigo misma me permitió dejar de hablar con personas solo por el miedo a la soledad. Aprendí que el verdadero crecimiento viene del tiempo que paso conmigo misma, y es ahí donde encontré mi fuerza y confianza. Ahora, cuando alguien decide estar a mi lado, lo disfruto aún más porque sé que no dependo de esa persona para sentirme completa.
Así que, si te sientes sola o estás pasando por un proceso similar, te invito a abrazar la soledad no como algo negativo, sino como una oportunidad de conocerte mejor. Cuando aprendes a estar sola, no solo te conviertes en una mejor versión de ti misma, sino que también aprendes a valorar la compañía de los demás de una manera más saludable.