Desde debates absurdos hasta teorías de conspiración que ni siquiera sabías que existían, la web ha hecho que algunos conceptos se conviertan en verdades absolutas... aunque, en realidad, sean pura tontería .
¿Recuerdas esos debates épicos sobre si "Superman gana a Goku" o "quién tiene la mejor consola"? Esas discusiones eran parte de la diversión en foros y redes sociales, pero ¿realmente aportan algo intelectual? Claro, te sentías como un genio defendiendo tu opinión a capa y espada, pero la verdad es que muchas veces las discusiones solo sirven para ganar aplausos virtuales. Un montón de desconocidos te felicitan por tu "brillantez" solo porque lograste callar a alguien, sin importar que nunca llegaste al fondo del tema. Las redes sociales nos hacen pensar que ganar un debate es igual a tener la razón... ¡y no siempre es así!
En el mundo virtual, todos creen que por repetir algo que leyeron en un video o vieron en un meme, se están convirtiendo en expertos. Nos olvidamos de que el verdadero conocimiento no está en memorizar datos al azar, sino en entenderlos y reflexionar sobre ellos. Claro, todo el mundo puede repetir lo que "aprendió" en YouTube, pero sin cuestionarlo ni profundizar, ¿realmente estamos aprendiendo algo? La respuesta es clara: no. El verdadero conocimiento requiere tiempo y esfuerzo, no solo compartir un dato que alguien más dijo.
Internet nos ha hecho creer que debemos tener una opinión sobre todo. Desde tragedias internacionales hasta detalles insignificantes, las redes sociales nos impulsan a publicar lo que pensamos, aunque no tengamos ni idea del tema. ¿Quién no ha querido dar su opinión sobre algo que acaba de suceder, solo porque la plataforma te pide que lo hagas? ¡A veces no importa si realmente sabes sobre el tema o no, lo importante es participar! Pero, ¿acaso esto nos convierte en expertos? ¡Para nada! Solo nos hace parte de la ola de opiniones vacías.
Hoy en día, muchos entran a Internet como si fuera su centro de entretenimiento personal. Todo debe ser divertido, llamativo y gratuito. Desde videos hasta memes, todo está diseñado para mantenernos enganchados. El problema es que olvidamos que, detrás de todo este contenido, hay trabajo, esfuerzo y, muchas veces, personas buscando una compensación. ¿Recuerdas cuando te enojaste porque un creador de contenido tuvo que poner anuncios en su video para ganar algo de dinero? Es curioso cómo esperamos que todo sea gratuito, pero la realidad es que, sin el trabajo de los creadores, todo eso que nos gusta ver no existiría.
Finalmente, uno de los mayores engaños que Internet nos ha hecho creer es que somos especiales solo porque tenemos acceso a él. Al instante, tenemos respuestas para todo, pero esas respuestas no siempre son correctas ni bien fundamentadas. Creemos que por ser capaces de encontrar información rápida, somos mucho más inteligentes que antes, pero, en realidad, solo estamos sobrecargados de datos sin contexto. Además, las redes sociales nos hacen sentir que estamos a un paso de la fama o el éxito solo porque logramos que nuestras publicaciones reciban likes o comentarios. Pero todo esto es solo una fantasía alimentada por los algoritmos.
