Muchos creen que la creatividad es algo mágico, que surge de la nada, como una chispa que ilumina la mente del artista. Pero, ¿y si te dijera que todo lo que has aprendido sobre la creatividad está equivocado? ¿Qué pasaría si te dijera que para crear, lo primero que debes hacer es robar ideas? No me malinterpretes, no hablo de plagio, sino de un proceso completamente diferente que te llevará a descubrir nuevas formas de pensar y crear.
La idea de que la creatividad llega como un destello repentino es una falacia .
¿Qué significa "robar como un artista"?
El concepto, basado en el libro Roba como un artista de Austin Kleon, no se refiere a copiar ideas al pie de la letra. En cambio, significa observar a los grandes, estudiar su trabajo a fondo, entender lo que hacen, y luego, usar esa información para crear algo propio. Piensa en esto como ingeniería inversa: descomponer lo que otros han hecho, aprender de ello, y luego construir algo nuevo desde cero. Es un proceso consciente que te permite adquirir las herramientas y habilidades necesarias para mejorar y desarrollar tu propio estilo.
La diferencia entre un plagiador y un artista radica en este enfoque. Mientras que el plagiador simplemente copia, el artista analiza y transforma. Los artistas más grandes no nacen con ideas originales de la nada, sino que han pasado años observando, aprendiendo y evolucionando a través de las influencias que los rodean. Ellos entienden que la creatividad no es un talento innato, sino una habilidad que se cultiva con trabajo constante.
La importancia de no esperar a saber quién eres
Una trampa común en la que caen muchos creativos es la necesidad de saber exactamente quiénes son antes de comenzar. Esta obsesión por la "originalidad" puede paralizarte. El verdadero secreto de los grandes artistas es que, al principio, no saben quiénes son ni lo que quieren hacer. Pero lo descubren a medida que crean. La creatividad no es solo sobre la idea brillante que aparece en tu cabeza, sino sobre proceso, exploración y práctica. Como dice el libro, muchos artistas y pensadores comenzaron imitándose a otros antes de encontrar su verdadera voz.
La belleza de lo mundano
A veces pensamos que lo que aprendemos en la escuela o nuestras experiencias cotidianas no tienen nada que ver con la creatividad. Pero lo cierto es que todas esas piezas dispersas pueden ser la clave para desbloquear nuevas ideas. Quizás algo que te parece inútil, como un concepto técnico o una curiosidad aparentemente tonta, es lo que te falta para dar con esa idea que cambiará tu trabajo para siempre. La creatividad, de hecho, es un rompecabezas, y muchas veces lo que parece irrelevante puede ser la pieza que lo complete.
Equilibrio entre trabajo y vida personal
Para ser creativo, también necesitas cuidar de ti mismo. No puedes esperar que la creatividad fluya si no estás en condiciones físicas y mentales para aprovecharla. El cuidado personal es fundamental para mantenerte productivo, y esto incluye llevar un estilo de vida equilibrado y responsable. Es fácil caer en la tentación de dedicarte por completo a tu arte y olvidarte de las responsabilidades diarias, pero al final, tu creatividad también depende de estar en armonía contigo mismo.
La clave es practicar constantemente
El último consejo es algo que todos hemos oído antes: la práctica hace al maestro. Si quieres crear algo grande, primero necesitas fallar, aprender y seguir intentando. Es un ciclo constante de mejora. No tengas miedo de copiar, de aprender de los grandes, de probar cosas nuevas. Cada error te acerca más a tu verdadero estilo, y con el tiempo, serás capaz de crear algo completamente único, algo que jamás habrías imaginado al principio.
En resumen, ser un artista no se trata de esperar la musa perfecta ni de tener un talento natural. Se trata de robar ideas, aprender, practicar y, sobre todo, entender que la creatividad es un proceso constante que requiere trabajo, observación y reflexión. Si dejas de lado la idea de la chispa mágica y abrazas la práctica constante, estarás en el camino correcto para desarrollar tu propio estilo y, finalmente, crear algo verdaderamente original.