No hablo de tu nombre, tu ocupación o la imagen que los demás tienen de ti. Estoy hablando de algo mucho más profundo, algo que define tu existencia mucho más allá de lo que te has acostumbrado a ver .

Este momento, aparentemente pequeño, revela algo mucho más grande: las diferencias entre tú y los demás. Y es que, muchas veces, no somos conscientes de las realidades que nos definen: la clase social, el entorno político, la cultura, la historia de nuestro cuerpo y nuestras decisiones. Vivimos dentro de una "burbuja" que nos limita a ver el mundo solo desde una perspectiva. Pero, ¿y si esa burbuja fuera todo lo que conocemos?

La clave aquí es entender que tú no eres solo el reflejo en el espejo. Eres mucho más. Eres la suma de todos los factores que te rodean, desde tu contexto económico hasta las lenguas que hablas, las decisiones que tomas y las influencias externas que ni siquiera eres consciente de que existen. Conocer quién eres no es una cuestión meramente filosófica, es un viaje hacia la comprensión profunda de lo que realmente te define.

Este relato no es una invitación al lamento ni a la victimización. Es un recordatorio de que, mientras más entiendas cómo tus condiciones de vida impactan tus decisiones, más claro será tu camino. La cuestión no es “romper la burbuja” de una vez, sino reconocer que estamos dentro de ella y que, de alguna manera, somos parte de algo mucho más grande de lo que creemos.

Así que, la próxima vez que te enfrentes a una decisión importante, pregúntate: ¿qué tan consciente eres de los factores que te han formado y cómo influyen en tu vida? No basta con mirar hacia adentro. Debes aprender a ver más allá de ti mismo, para descubrir quién eres realmente y quién no eres.

Tu historia, tu ser, no solo está en lo que haces, sino en todo lo que te rodea. Y en el momento en que aceptes esa verdad, estarás más cerca de encontrar la respuesta a esa gran pregunta: ¿Quién eres?