El feminismo ha sido y sigue siendo uno de los movimientos más trascendentales de la historia. Pero, ¿por qué sigue existiendo? Si miramos la sociedad actual, parece que los derechos entre hombres y mujeres deberían estar igualados, pero la realidad es muy distinta .
Hoy, el feminismo sigue siendo una respuesta al patriarcado, ese sistema que aún organiza muchas de nuestras sociedades bajo la creencia de que los hombres deben ocupar el espacio de poder mientras las mujeres quedan relegadas. Sin embargo, el feminismo no busca invertir los roles ni hacer a las mujeres superiores, sino simplemente conseguir una sociedad donde los derechos sean iguales para todos, independientemente de género.
Es importante entender que, aunque los avances han sido significativos, aún existen grandes desafíos. En América Latina, por ejemplo, las mujeres ocupan solo el 7% de los cargos directivos, la brecha salarial sigue existiendo y una de cada cinco mujeres ha sido víctima de violencia. Además, el trabajo doméstico no remunerado, mayoritariamente realizado por mujeres, contribuye enormemente a la economía, pero no se reconoce adecuadamente.
El feminismo no es solo una lucha de mujeres, sino de toda la sociedad. Porque al romper con los estereotipos y roles impuestos, no solo se beneficia a las mujeres, sino también a los hombres, que también sufren las consecuencias de un sistema que les impone expectativas limitantes. Al igual que las mujeres merecen tener la libertad de elegir su camino, los hombres también deberían ser libres de no ajustarse a un molde rígido.
Es por eso que el feminismo es tan necesario. No es un "anti-hombres", sino un "a favor de la igualdad", que promueve una vida más plena y equitativa para todos. Y aunque la lucha continúa, la idea es que algún día el feminismo no sea necesario, porque habremos alcanzado la equidad que todos y todas merecemos.