Imagina por un momento que todo lo que ves, escuchas y sientes ya ha ocurrido. ¿Te sorprendería saber que esto es, en cierto modo, cierto? Lo que experimentas como el “aquí y ahora” es en realidad una versión retardada de lo que está pasando en el mundo .
Nuestro sistema nervioso, al recibir los estímulos del mundo exterior, pasa por una serie de complejos procesos bioquímicos que requieren tiempo. Desde el momento en que la luz llega a tus ojos hasta que el cerebro la interpreta como una imagen, hay un retraso inevitable. Este fenómeno se llama "lag perceptual", y no solo ocurre en la visión, sino también en todos nuestros sentidos. Cada sensación que experimentas pasa por un filtro que toma milisegundos, o incluso más, para llegar a tu conciencia.
Para entenderlo mejor, imagina que estás viendo un video en YouTube. El fotón de luz que emite la imagen de la pantalla viaja a través de tus ojos, recorre tu retina, pasa por el nervio óptico y finalmente llega a la corteza visual del cerebro. Todo este proceso lleva tiempo, lo que significa que lo que ves no es exactamente lo que está sucediendo en ese momento. Es un paso atrás, una pequeña fracción de segundo detrás de la realidad. En otras palabras, nunca vives el presente, sino que siempre estás experimentando el pasado, aunque sea en una fracción de segundo.
Pero aquí no acaba la historia. Este “retraso” no es tan perjudicial como parece. Tu cerebro se adapta a este desfase y crea predicciones de lo que sucederá a continuación. Así, cuando un objeto se mueve rápido, como una pelota, tu cerebro ajusta la percepción para compensar este retraso, lo que te permite esquivarla a tiempo. Sin este mecanismo, las actividades cotidianas, como cruzar la calle o jugar un partido de tenis, serían imposibles.
Lo más asombroso es que este fenómeno no solo ocurre con la visión, sino con todos los sentidos. Cada uno de ellos tiene su propio tiempo de procesamiento. Por ejemplo, si alguien hace un ruido, la percepción de ese sonido también tiene un pequeño retraso. A pesar de esto, tu cerebro fusiona todas estas percepciones con tal precisión que las experimentas como una realidad coherente y unificada.
Entonces, la próxima vez que alguien te diga "vive el presente", puedes decirle que, en realidad, es imposible. El cerebro humano está diseñado para vivir unos milisegundos en el pasado, pero, afortunadamente, logra hacerlo de una forma tan eficiente que ni siquiera lo notamos. Vivimos atrapados en una burbuja temporal, y, aunque nunca estemos completamente al día con la realidad, el cerebro hace un trabajo impresionante para que nuestra experiencia del mundo sea lo más cercana posible al “ahora”.