Todos hemos escuchado las quejas sobre cómo los jóvenes de hoy en día son más maleducados, más desconectados y menos respetuosos que sus predecesores. ¿Te suena familiar? "La música de ahora es un asco", "La tecnología está destruyendo la juventud", "Los jóvenes no saben disfrutar de la vida como antes" .
De hecho, estas críticas han sido la norma durante siglos. Filósofos como Sócrates ya se quejaban de que las generaciones más jóvenes de su tiempo estaban perdiendo la disciplina y el respeto. Y lo curioso es que, si profundizamos un poco más, descubrimos que los mismos comentarios se han repetido a lo largo de la historia, independientemente de las épocas o las generaciones. Si retrocedemos aún más en el tiempo, vemos cómo nuevas modas, como el swing, el jazz, el rock, el rap y hasta la música electrónica fueron considerados "modas peligrosas" que corrompían a la juventud. Y sin embargo, aquí estamos hoy, con nuevas formas de expresión cultural que, en muchos casos, han sido rechazadas en su momento.
Pero, ¿por qué? La respuesta parece sencilla: el miedo al cambio. Cuando algo es nuevo, desafía lo conocido, y eso puede generar incomodidad, o incluso rechazo. ¿Te imaginas que, en los años 70, las personas mayores consideraban que la llegada de los sintetizadores significaba el fin de la música genuina? Lo que parecía una invasión de lo artificial, al final, dio lugar a nuevos géneros que hoy son clásicos.
Y es que no solo pasa con la música, sino también con la forma en que interactuamos, nos comunicamos y vivimos. Recientemente, la tecnología se ha llevado muchas críticas, especialmente con la aparición de los videojuegos, las redes sociales y los teléfonos móviles. Sin embargo, cada una de estas innovaciones fue también vista en su momento con escepticismo y rechazo. Lo que parece una amenaza para la generación adulta, muchas veces es simplemente una herramienta que, cuando se comprende y se adapta, se convierte en algo valioso para los jóvenes.
Así como no debemos idealizar el pasado ni rechazar el presente, también es esencial entender que todo cambio trae consigo tanto aspectos positivos como negativos. Lo que los mayores consideran una "decadencia", muchas veces es solo una nueva forma de experimentar y comprender el mundo. Las nuevas generaciones tienen que explorar, desafiar las normas y encontrar su camino, al igual que lo hicieron quienes vinieron antes que ellos.
Si no logramos adaptarnos y entender que el cambio es parte natural de la evolución humana, nos perderemos lo mejor que cada generación tiene para ofrecer. Así que la próxima vez que escuches que "todo va a peor", recuerda que cada generación tiene su propio desafío, y que lo que hoy parece una moda pasajera, mañana podría ser una parte importante de nuestra historia cultural.
