En un mundo donde el talento y la inteligencia parecen ser las cualidades más valoradas, la realidad es que cada vez más personas han demostrado que, a veces, la estupidez es el verdadero motor del éxito. Nos encontramos rodeados de influencers, streamers y personajes que, aunque carezcan de talento genuino, logran amasar fortunas que muchos de nosotros solo podemos soñar .
Si te has preguntado por qué algunas personas logran hacerse millonarias mientras tú te matas trabajando y dudando de tus propias habilidades, la respuesta puede ser más simple de lo que crees. La confianza, más que el talento, es lo que realmente vende. Y mientras algunos estamos atrapados en una rueda interminable de dudas y miedos, otros están capitalizando hasta lo más absurdo para llenar sus cuentas bancarias.
Desde chicas que venden su orina hasta influencers que venden “aire enlatado”, el absurdo parece no tener límite. Pero, aunque nos parezca incomprensible, hay un patrón claro: estos "genios" no temen exponerse, no dudan en crear un producto ridículo y lo venden con una seguridad que ni el más grande empresario del mundo posee. Y lo mejor de todo es que funcionan.
Mientras tanto, la mayoría de nosotros sigue atrapado en el sistema, programados para ser simples engranajes en una máquina que no nos recompensa, sino que nos convierte en esclavos de una rutina interminable. Nos enseñan a cumplir, a obedecer, a esperar el visto bueno de los demás, y es ahí cuando caemos en la trampa: la verdadera oportunidad está en salir de esa mentalidad y creer que lo que tenemos vale la pena.
Así que la próxima vez que te sientas inferior por no tener una idea brillante o te frustres por no conseguir el éxito de inmediato, recuerda: lo que realmente se necesita es la valentía de creer en ti mismo. No necesitas vender tu orina ni fingir una vida de lujo en Instagram para lograrlo. Solo necesitas tomar acción, dejar de esperar la aprobación externa y lanzarte a la aventura. Porque mientras tú dudas, otro idiota está vendiendo su mierda en un frasco y haciéndose millonario.