El universo está escuchando, pero ¿estás hablando el mismo idioma? Lo cierto es que todo lo que experimentas en tu realidad es una respuesta a la energía que tú mismo envías al universo. Cada pensamiento, cada emoción, tiene el poder de amplificar o reducir lo que atraes hacia ti .
El primer paso es prestar atención a tu atención. El universo no se basa en palabras, sino en las vibraciones que emanas. ¿Cómo? Mediante tus pensamientos y emociones, que actúan como un imán, atrayendo lo que resuena con tu energía. Si decides enfocar tu atención en lo positivo, el universo responderá de la misma manera. Por ejemplo, cuando te concentras en lo que deseas lograr ahora, en lugar de decir "seré exitoso", debes sentirte exitoso en este momento. ¿Lo puedes visualizar? Esa sensación de ya haber alcanzado tu meta crea una conexión inmediata con el universo.
El segundo paso es expandir tu conciencia. Cuanto más consciente seas de tus pensamientos y las posibilidades que ofrece la vida, más sabrás cómo navegar por ella. Aquí es donde radica la habilidad de comprender los "juegos no hablados" del universo y tomar decisiones alineadas con tus deseos. Al elevar tu conciencia, no solo entiendes tu propio ser, sino que también aprendes a jugar en la gran dinámica del universo.
Además, debes aprender a escuchar tu sistema de guía interior, ese pequeño susurro que te indica lo que te beneficia y lo que no. Cuando algo se siente bien, es una señal de que estás alineado con tu verdadero camino. En cambio, si te provoca incomodidad o malestar, es una señal de que estás en desacuerdo con lo que realmente deseas. Confía en esa resonancia interna, porque te está guiando hacia lo mejor para ti.
Por último, el poder de la repetición juega un papel fundamental. Al igual que el universo, tu subconsciente no discrimina lo bueno de lo malo, lo positivo de lo negativo. Es como una esponja, absorbiendo todo lo que le das. Repetir afirmaciones positivas y sentir lo que deseas con todo tu ser reprograma tu mente para atraer lo que anhelas. Si quieres confianza, repite: "Soy la persona más segura del mundo", sintiéndolo profundamente, hasta que tu mente lo acepte como una verdad.
